ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Los ciclones tropicales, llamados huracanes en el hemisferio occidental de la Tierra y tifones en el hemisferio oriental, toman sus inmensas energías del agua caliente evaporada de los océanos. Foto: Tomada de Internet

Tras convertirse en la quinta consecutiva en tener un comienzo extemporáneo al surgir el pasado 20 de mayo la tormenta subtropical Andrea en aguas del Atlántico norte occidental, la temporada ciclónica de 2019 registra hasta el momento la formación de 14 organismos ciclónicos con nombre.

Dicha cifra es superior a la prevista antes de su inicio, el 1ro. de junio, por el consenso de los pronósticos estacionales que emiten para la cuenca del Atlántico tropical (incluye también al golfo de México y el mar Caribe) diferentes centros especializados y universidades de varios países, incluido el de nuestro Instituto de Meteorología.

Si nos guiamos por la cantidad antes enunciada, la presente temporada pudiera considerarse como activa. Pero tal denominación no se ajustaría de manera general a la realidad, pues solo cinco de los 14 sistemas nombrados alcanzaron la categoría de huracán (Barry, Dorian, Humberto, Jerry y Lorenzo), mientras varias de las tormentas tropicales fueron sistemas débiles y de corta duración.

El más destructivo e intenso fue el huracán Dorian, de categoría 5 en la escala Saffir-Simpson, que en los primeros días de septiembre azotó las islas Ábaco y Gran Bahama, donde causó cuantiosos daños materiales y un elevado número de fallecidos. Sus vientos máximos sostenidos llegaron a tener velocidades de hasta 295 kilómetros por hora, superiores en rachas, con una presión mínima central de 910 hectopascal.

También sobresale el caso del huracán Lorenzo, que alcanzó igualmente la categoría 5 a finales de septiembre y se convirtió en el más fuerte jamás reportado en la porción este del océano Atlántico.

Otro dato curioso es que por segundo año seguido no hubo ninguna tormenta tropical o subtropical en el transcurso del mes de junio en nuestra área geográfica de interés.

Lo más llamativo es que al parecer el mes de octubre podría finalizar sin que ocurriera un huracán, algo que no sucede con frecuencia.

No obstante, y como la naturaleza suele hacer de las suyas, pasaremos revista al comportamiento histórico de la actividad ciclónica en el décimo mes del calendario, históricamente el más peligroso para Cuba dentro de la temporada.

GRANDES HURACANES DE OCTUBRE

Octubre atesora la mayor cantidad de huracanes, que han azotado a Cuba dentro de la temporada ciclónica desde 1800 a la fecha, según muestran los datos del Centro del Clima del Instituto de Meteorología.

Más allá de encabezar esa relación, también reporta la cifra más elevada de los clasificados como intensos, es decir, de categoría 3, 4 y 5 en la escala Saffir-Simpson, de ahí su bien ganada fama de mes de los grandes huracanes y la causa de que se considere el más temido de esa etapa, comprendida entre el 1ro. de junio y el 30 de noviembre.

Sin embargo, en los últimos tiempos no se ha comportado así. Baste decir que de los siete huracanes de gran intensidad, que tuvieron un impacto directo o indirecto sobre el país en la primera década del presente siglo (constituye récord para un decenio), ninguno lo hizo en octubre.

Visto de manera particular, Michelle fue en noviembre de 2001, Charley e Iván en agosto y septiembre de 2004, respectivamente; Dennis en julio de 2005, Gustav en agosto de 2008, mientras Ike y Paloma tuvieron lugar en septiembre y noviembre del propio año.

Después de un prolongado periodo sin ser tocados por un organismo ciclónico de tal fuerza en octubre, el Sandy rompió esa suerte de tregua y entró como categoría 3 por un punto de la costa sur de Santiago de Cuba en 2012, causando daños materiales considerables. Luego lo haría el Matthew con categoría 4, al cruzar el extremo oriental del país durante la noche del 4 al 5 de octubre de 2016.

Por lo general, los ciclones tropicales de octubre surgen en el mar Caribe occidental y tienden a moverse hacia el noroeste y el norte, de ahí que representen una seria amenaza para las provincias occidentales y el municipio especial Isla de la Juventud, principalmente.

Igualmente, suelen desplazarse con una velocidad de traslación menor a la habitual, lo cual posibilita que permanezcan más días en el mar y ganen en organización e intensidad, hasta convertirse en huracanes notablemente fuertes.

Dentro de los grandes huracanes de octubre resulta ineludible mencionar en primer lugar a la célebre Tormenta de San Francisco de Borja, que procedente del mar Caribe castigó a la región occidental, en particular a La Habana, del 10 al 11 de octubre de 1846.

A su paso hubo un valor mínimo de presión atmosférica de 916 hectopascal, el más bajo reportado en Cuba para cualquier época. En opinión del profesor Luis Enrique Ramos Guadalupe, coordinador de la Comisión de Historia de la Sociedad Meteorológica de Cuba (SometCuba), la velocidad de sus vientos debió superar los 250 kilómetros por hora de manera sostenida, generando rachas de mayor velocidad con un enorme poder destructivo.

Los ciclones tropicales, llamados huracanes en el hemisferio occidental de la Tierra y tifones en el hemisferio oriental, toman sus inmensas energías del agua caliente evaporada de los océanos. Foto: Tomada de Internet

La relación contempla también a la Tormenta de San Francisco de Asís, la cual impactó severamente a La Habana, Matanzas y la parte oriental de Pinar del Río del 4 al 5 de octubre de 1844, y a la nombrada Tormenta de la Escarcha Salitrosa, que asoló a las provincias occidentales y a la entonces Isla de Pinos, entre el 25 y el 26 de octubre de 1810.

Esta última tuvo la singularidad de dejar el suelo y las plantas cubiertas por una costra salada, debido a la abundante cantidad de espuma y agua de mar en suspensión, llevada a tierra por el viento y mezclada con la lluvia.

Otros eventos de gran magnitud ocurridos en octubre son el huracán de San Marcos los días 7 y 8 de 1870, causante de una inusitada inundación en la ciudad de Matanzas y la muerte de más de 700 personas; el huracán de los Cinco Días en Pinar del Río en 1910; el huracán Sin Precedentes de 1924, que atravesó el extremo oeste de del territorio pinareño probablemente como categoría 5, y los famosos ciclones del 20 de octubre de 1926  y el 18 de octubre de 1944, de cuyo azote a La Habana acaban de cumplirse 75 años.

Imposible dejar de mencionar al trágicamente célebre huracán Flora, que del 4 al 8 de octubre de 1963 produjo torrenciales lluvias sobre la antigua provincia de Oriente y Camagüey, con un acumulado máximo de 735 milímetros en un solo día. Ocasionó inundaciones sin precedentes en toda esa región, que arrasaron poblados enteros. Fallecieron 1 157 personas y es considerado el segundo desastre natural de mayor envergadura ocurrido en Cuba, después del provocado por el intenso huracán del 9 de noviembre de 1932 en Santa Cruz del Sur, Camagüey.

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Francisco José dijo:

1

25 de octubre de 2019

08:29:41


! wao¡ me gustó mucho el artículo

vladimir dijo:

2

25 de octubre de 2019

14:27:33


Estimado Orfilio independientemente de la importancia que tiene la historia para el pronóstico me hubiese gustado que precisaras con el Instituto algo más comcreto sobre lo que queda de temporada. saludos

Isis dijo:

3

25 de octubre de 2019

19:44:32


Interesántisimo trabajo, se habla mucho hoy de que los huracanes son más fuertes, pero los que se mencionan fueron super intensos y varios de los mencionados ocurrieron en el siglo XIX

mariana dijo:

4

26 de octubre de 2019

15:43:23


Coincido con que octubre parece que se irá en blanco en cuanto a huracanes, veremos que pasa, interesante artículo

Alejandro badía dijo:

5

27 de octubre de 2019

11:36:07


Una amplia y clara explicación de cómo se viene comportando la temporada ciclónica, muy bien por la acostumbrada profesionalidad y rigor del periodista Orfilio Peláez