Erick Hernández impuso otro récord Guinness y mundial en dominio del balón, tras un necesario descanso y algunos inconvenientes personales. Pero ya está de regreso, y a su mejor manera, con una nueva marca del orbe.
El lobby del Hotel Copacabana, sede habitual de estos sucesos, fue testigo del registro de Hernández, quien, en posición de sentado, con un peso en cada tobillo de dos kilogramos y medio, golpeó el balón por espacio de una hora, nueve minutos y 50 segundos, para batir el anterior tope, alcanzado en Varadero, en 2019, cuando no dejó caer la esférica durante una hora y dos minutos.
La complejidad del ejercicio, además del lastre, radica en que en esta modalidad solo se golpea la pelota con la cabeza.
El recordista dedicó el resultado a los damnificados del huracán Ian, sobre todo al pueblo pinareño.
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