Un estudio elaborado por investigadores cubanos, con la colaboración de colegas de Estados Unidos, Francia y Puerto Rico, mostró de manera irrefutable que la erosión es un fenómeno generalizado en las playas del Caribe.
Como parte del proyecto Alteración Física y Destrucción de Hábitats, del Programa Global de Acción del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma), la pesquisa determinó que el ritmo estimado de retroceso de la línea costera en la región variaba entre 0,27 y 2,5 metros por año, e identificó entre las causas principales de esa condición el ascenso progresivo del nivel medio del mar registrado en las últimas décadas, asociado a los efectos del cambio climático, y la incidencia perjudicial de un grupo de acciones llevadas a cabo por el hombre.
Aparecen, entre la extracción de arena con fines diversos, la construcción de viales, hoteles y otras edificaciones sobre las dunas, la incorrecta ubicación de obras de protección costera, el represamiento o desvío de ríos, la instalación inadecuada de marinas y puertos que alteran la dinámica litoral, y los daños ocasionados a los arrecifes coralinos y pastos marinos.
El doctor en Ciencias Geográficas José Luis Juanes Martí, investigador del Instituto de Ciencias del Mar y reconocida autoridad en el tema, aseveró a Granma que controlar los procesos erosivos en las playas de las naciones del Caribe resulta vital para la protección segura de la zona costera y el futuro desarrollo de un turismo sostenible, una de las principales fuentes de ingreso en el área y cuyo ritmo de crecimiento es el más alto de todas las ramas de la economía.
Lo anterior condujo a que en junio del 2016 y partiendo de la experiencia alcanzada por Cuba en el enfrentamiento a dicha problemática, los jefes de gobierno de la Asociación de Estados del Caribe aprobaran, a propuesta de nuestro país, el proyecto Impacto del cambio climático en las costas arenosas del Caribe, alternativas para su control y resiliencia.
ENSEÑANZAS DE VARADERO
Según ratificaron las investigaciones realizadas en el Macroproyecto sobre Peligros y Vulnerabilidad Costera para los años 2050 y 2100, la erosión en las playas cubanas tiene un carácter generalizado y el retroceso de la línea costera muestra indicadores similares a los reportados en el resto del Caribe.
Las actualizaciones más recientes indican que de las 257 playas evaluadas técnicamente en todo el país hasta el cierre del 2017, el 86 % está afectado por ese fenómeno.
Tal escenario es consecuencia en gran medida del ya citado incremento del nivel medio del mar que tiene lugar en nuestro entorno (de 1996 al 2009 ascendió a una velocidad promedio de 1,43 milímetros por año en todo el archipiélago), en combinación con la ocurrencia de fuertes marejadas asociadas al paso de fenómenos meteorológicos de notable intensidad y el déficit en los aportes de las fuentes productoras de arena.
En el caso particular de Cuba, resaltó el doctor José Luis Juanes, Varadero ha sido un verdadero polígono investigativo en el tema de la erosión desde la década de los 70 del pasado siglo.
Baste decir que los aportes de esos estudios condujeron al diseño y ejecución de los primeros vertimientos artificiales de arena entre 1986 y 1992, labor que tuvo su punto culminante en 1998, con el depósito de más de un millón de metros cúbicos a lo largo de unos 11 kilómetros de costa, en solo nueve semanas.
«A partir del conocimiento acumulado allí quedó instituida legalmente mediante el Artículo 16, inciso B, del decreto Ley 212 del año 2000, la prohibición de extracción de áridos en las playas y áreas de la plataforma insular cubana. También se estableció por primera vez en el país una línea límite para construir nuevas obras que garantizaba la protección de la primera duna independientemente de su ancho y altura», aseveró.
Los resultados con el empleo de la alimentación artificial de arena en Varadero, que permitieron ampliar y conservar con los indicadores de calidad requeridos la franja de arena donde se asientan los bañistas y mantener en buenas condiciones las dunas, confirmaron a dicha técnica como la alternativa ingeniera más recomendada y ventajosa para contrarrestar los efectos de la erosión y preservar las condiciones naturales de la famosa playa (la cantidad de arena vertida sobrepasa hoy la cifra de 3 390 000 metros cúbicos).
Desde hace más de 15 años, las campañas de suministro artificial de arena son asumidas por la Empresa de Inversiones Gamma S.A. del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente. La relación de polos turísticos beneficiados con tal práctica ya incluye a Cayo Coco, Cayo Guillermo, Cayo Santamaría, Cayo Las Brujas, Cayo Largo del Sur y Playas del Este, en la capital.
PRECISIONES
- La conservación y recuperación de las playas arenosas figuran entre las tareas contenidas en el Plan de Estado para el Enfrentamiento al Cambio Climático (Tarea Vida), aprobado por el Gobierno cubano en abril del 2017.
- Junto con su importancia para el desarrollo del turismo, las playas constituyen barreras naturales para proteger a la zona costera del oleaje causado por los huracanes y otros eventos meteorológicos, y de la elevación del nivel del mar.
- Favorecida por la construcción de obras sobre la duna natural y la tala de la vegetación costera, la erosión responde también a una disminución de la cantidad de sedimentos que repercute de manera desfavorable en el mecanismo natural de abasto de arena.
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Mandy dijo:
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20 de octubre de 2018
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Patricio dijo:
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20 de octubre de 2018
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Luis dijo:
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21 de octubre de 2018
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Angel Parra dijo:
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21 de octubre de 2018
13:25:38
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21 de octubre de 2018
22:25:49
Carlos A dijo:
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28 de mayo de 2019
10:03:00
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